jueves, 22 de noviembre de 2012

Impactos socio - ambientales del proyecto Gas de Camisea sobre las comunidades que circundan la Reserva de Kugapakori Nahua


Un video acerca de el plan de proteccion de las comunidades nativas aisladas de manera voluntaria que nos hace reflexionar sobre las distintas realidades que se viven dentro de nuestro pais

http://www.youtube.com/watch?v=ZEeGCRdhtOM


Contacto con los Nantis



Los contactos han sido de tres tipos:
Primero, más forasteros han realizado visitas cortas a las comunidades -por ejemplo, para construir la 
escuela. Segundo, más Nantis se han ido, o han sido llevados, río abajo, a asentamientos no Nantis. Por ejemplo, desde 2004 representantes de la misión han llevado río abajo a muchos Nantis, en muchos casos para proveerlos de atención médica en Camisea, Kirigueti o Lima. En 2005 o 2006, la misión donó un 
motor peque-peque 18 a la comunidad de Montetoni para que los Nantis puedan viajar río abajo por sí mismos. Las visitas de Nantis a asentamientos no Nantis constituyen un vector preocupante de transmisión de enfermedades a la población Nanti. Tercero, ahora hay un maestro Matsigenka que vive parte del año en Montetoni para enseñar en la nueva escuela. En vista del impacto de la estancia del maestro anterior en la salud de los Nantis, tanto la presencia del nuevo maestro en la comunidad como sus viajes río abajo son motivo de preocupación para los Nantis, debido a que puede ser un determinante de nuevas epidemias.

Antonio Iviche Quique. Christine Beier. Beatriz Huertas, et al.El derecho a la salud de los pueblos indígenas en aislamiento y en contacto inicial.IWGIA.Oct. 2008. Disponible en: http://www.iwgia.org/iwgia_files_publications_files/0303_el_derecho_a_la_salud.pdf



En la ponencia realizada en el 2007 "EL DERECHO A LA SALUD DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN AISLAMIENTO Y EN CONTACTO INICIAL" , se señaló la presencia de un gran problema de salud: Los vectores sutiles de transmisión a través del tiempo y el espacio.

No es evidente el momento de trasmisión de las enfermedades pues muchos brotes se han difundido entre los Nantis en ‘cadenas retardadas de contacto’. Es decir, debido a que hay un periodo de tiempo entre el contagio y la enfermedad, la persona responsable del contagio no sabe que ha sido contagiada hasta que es demasiado tarde para prevenir la propagación a los otros.

Las conclusiones prácticas de estas observaciones son dos: debemos prestar más atención a los movimientos de los mismos Nantis a otros asentamientos para entender mejor los vectores de 
transmisión; y , sería útil sensibilizar a todos los involucrados -incluyendo a los mismos Nantis- sobre el riesgo de esta modalidad de transmisión.

"No siempre una epidemia que afecta a un pueblo vulnerable normalmente resulta de la ‘invasión’ de su asentamiento remoto por forasteros." 

http://www.iwgia.org/iwgia_files_publications_files/0303_el_derecho_a_la_salud.pdf

Perú saca a la luz imágenes de un pueblo indígena no contactado


El Departamento de Asuntos Indígenas de Perú, Indepa, ha emitido un vídeo de miembros no contactados del pueblo indígena nanti, que vive en la remota Amazonia peruana.
Las imágenes se tomaron el año pasado durante una expedición de Indepa a la Reserva Nanti Kugapakori Nahua, en el sureste de Perú.
Aún no está claro si se estableció contacto con los indígenas, que son extremadamente vulnerables a las enfermedades que traen los foráneos.
Los medios han especulado con que los nanti son un pueblo indígena “desconocido”, “nómada” o “perdido”. En realidad, se tiene buen conocimiento sobre ellos y viven en una reserva que ha sido delimitada para su protección.
Los nanti son un pueblo indígena cazador que también cultiva huertos alrededor de sus comunidades. Son unas 500 personas aproximadamente. Más o menos la mitad de ellas mantienen contactos regulares con foráneos, mientras que otras han decidido mantenerse en aislamiento voluntario.
La legislación peruana no impide a las empresas petroleras trabajar en zonas habitadas por pueblos indígenas no contactados y, a pesar de los esfuerzos del Gobierno, las madereras ilegales siguen saqueando el territorio de los indígenas aislados.
Survival ha escrito a Indepa para que ofrezcan aclaraciones sobre las circunstancias que llevaron al contacto con los nanti, y ha preguntado sobre las medidas de precaución que se tomaron para prevenir el contagio de enfermedades.
Para ver la noticia original pueden visitar el siguiente link: http://www.survival.es/noticias/6702 http://www.survival.es/noticias/6702

Derecho a la Salud

En noviembre de 2006, organizaciones indígenas de Ecuador, Colombia, Brasil, Paraguay, Bolivia y Perú, reunidas en el Seminario Internacional sobre pueblos indígenas en aislamiento y en contacto inicial, realizado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, acordaron por unanimidad crear una instancia de coordinación y ejecución de acciones, a nivel de Sudamérica, con el objetivo de promover el respeto de los derechos fundamentales y el bienestar de estos pueblos hermanos. Fue así como se creó el Comité Indígena Internacional para la protección de los pueblos en aislamiento y en contacto inicial de la Amazonía, el Gran Chaco y la Región Oriental de Paraguay, CIPIACI.

Los pueblos indígenas en aislamiento y en contacto inicial son expresión del rechazo frente a las negativas consecuencias que la expansión de la sociedad dominante ha generado sobre sus derechos, sus territorios y su bienestar, en un contexto de ausencia de políticas de Estado y medidas que garanticen su sobrevivencia.
Su condición de sobrevivientes de procesos históricos genocidas, y su decisión de aislarse de la sociedad envolvente para garantizar su integridad física y socio cultural, debería haber motivado una profunda reflexión, de parte del sector gobernante y la sociedad civil, sobre los efectos que ha tenido la política estatal orientada a la “conquista de la Amazonía y el Gran Chaco” en nuestros países, así como la necesidad de asumir políticas que antepongan el respeto de los derechos humanos a los intereses económicos de los grupos de poder.

“La alta vulnerabilidad a enfermedades externas es una de las condiciones que caracteriza a gran parte de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial. De acuerdo a informes desarrollados por instituciones especializadas como la Oficina General de Epidemiología, del Ministerio de Salud del Perú (2003), esta situación respondería a la carencia de defensas inmunológicas de parte de estas poblaciones. Así, enfermedades infecciosas y virales exógenas, como la gripe, pueden causar epidemias, prolongados periodos de enfermedad, muertes masivas y, en el mejor de los casos, largos periodos de convalecencia. La misma institución señala que, de acuerdo a diversos especialistas, cualquiera que sea la causa de vulnerabilidad frente a determinadas enfermedades, poblaciones indígenas que en el pasado han sido sensibles a enfermedades virales exógenas, requerirían de 3 a 5 generaciones (90-150 años) para estabilizar su respuesta ante determinado agente infeccioso”.

El pueblo Nanti del río Camisea, viene siendo afectado por infecciones respiratorias agudas (IRAS) y enfermedades diarreicas agudas (EDAS), desde que estableciera el contacto sostenido, en los años 1990.

La delicada situación que atraviesan nuestros hermanos indígenas en aislamiento y en contacto inicial exige la aplicación de políticas y acciones de protección adecuadas y efectivas, de parte de los Estados, así como la vigilancia permanente y la exigencia del respeto de sus derechos por las organizaciones indígenas, la sociedad civil y los organismos internacionales de defensa de los derechos fundamentales.

Extraído de: El derecho a la salud de los pueblos indígenas en aislamiento y en contacto social. Octubre, 2007
http://www.iwgia.org/iwgia_files_publications_files/0303_el_derecho_a_la_salud.pdf

Atención de Salud


La cobertura de la atención de salud, ya de por si baja en las zonas marginales, alcanza los niveles más críticos en las zonas indígenas. Las dificultades del acceso físico sumado al costo indirecto (precio del transporte, alimentación, alimentación para la familia que se queda en la aldea, gasolina, etc.) puede aumentar el período de tiempo entre la manifestación de los primeros síntomas de la enfermedad y la búsqueda de la atención de salud. En cuanto a la localización, se puede afirmar que, en general, las poblaciones indígenas son poblaciones dispersas, en algunos casos móviles y, en su mayoría, localizadas en zonas urbano-marginales, rurales, fronterizas y de difícil acceso.

En general, en muchas comunidades indígenas, el idioma nativo es el de comunicación cotidiana en todos los grupos de edad, incluidos los niños. La tendencia hacia el monolingüismo en el idioma nativo se hace evidente entre las mujeres adultas y los adultos mayores que son, en muchos casos, las personas que se quedan al cuidado de los niños. Varios signos, síntomas y enfermedades son nombrados con términos en el idioma nativo o español coloquial. Por lo general, la gente con una palabra simplifica el diagnóstico y ataca al
síntoma que entiende como la expresión de la enfermedad.

La calidad de la relación entre el personal de salud y las personas que buscan atención de salud es decisiva. Por lo general, este personal se limita a dar algunas explicaciones rápidas sobre la enfermedad o el modo de transmisión, la evolución y la necesidad de seguir el tratamiento prescrito, sin preocuparse de saber si esta información fue comprendida y mucho menos de si el paciente y su familia acudieron al sistema de salud indígena. Diversos estudios muestran que las explicaciones del personal de salud dadas en la lengua dominante del país a las poblaciones indígenas o culturalmente diferenciadas frecuentemente son ininteligibles para estas personas (Jackson, 1996, OPS, 2004). En ocasiones el paciente se hace acompañar por un pariente que es bilingüe y que sirve de intérprete, pero si el personal de salud no conoce el idioma indígena, no tiene ningún control sobre la información que es transmitida.


El uso de las plantas medicinales en el tratamiento y control de varias enfermedades ha sido reportado en varios estudios etnobotánicos. Sin embargo, hay un acuerdo general de que se necesita más investigación para identificar y verificar la seguridad y efectividad de estos tratamientos. Enfaticemos en que si bien las plantas forman parte del conocimiento indígena, este no se reduce a las plantas medicinales. En la actualidad el conocimiento indígena sigue jugando un papel decisivo en la disminución de los efectos devastadores de la enfermedad y de otras amenazas.

La capacitación efectiva del personal de salud es esencial. Generalmente, las actitudes de incomprensión de la problemática de los pueblos indígenas provienen de un desconocimiento casi total de lo que estos pueblos son y saben. No son raros los casos de discriminación y maltrato a los pacientes de estos pueblos. Por ejemplo, los recursos humanos involucrados en la atención de la salud de los pueblos indígenas deben conocer el número de personas y su distribución por pertenencia étnica, grupo etario y sexo, en una comunidad o región determinada. Los conocimientos técnicos son imprescindibles. Estos incluyen, conocer, de acuerdo al perfil epidemiológico que los afecta, el curso clínico de la enfermedad, los métodos y habilidades del diagnóstico clínico y microscópico, conocimientos básicos de entomología y, particularmente, el conocimiento de la población y de los determinantes que influyen en las condiciones de vida y salud de estos pueblos.


Por último, insistamos en que en el mejoramiento de la salud de estos pueblos estén presentes tanto
el marco jurídico nacional e internacional dentro del cual se ejecuten acciones, como la participación
indígena y la acción de la comunidad.

Extraído de: Alcohol y Salud de los pueblos indígenas - OPS



Problemas de Salud

La marginación de la población indígena se traduce en índices alarmantes de pobreza, falta de tierra y territorios, bajos salarios, desempleo acentuado, altos índices de analfabetismo (especialmente femenino), deserción escolar, necesidades básicas insatisfechas y un perfil epidemiológico donde predominan las enfermedades por causas prevenibles. Las condiciones de pobreza se agravan por los también altos índices de analfabetismo. 

En cuanto al alcoholismo, el problema es más grave no solamente porque la ingesta desmedida afecta a grupos etarios económicamente activos y se asocia a una serie de problemas sociales, sino por los daños que el alcohol produce en un organismo debilitado por la desnutrición, la pobreza y la marginación extrema. Los datos disponibles sobre el uso y el consumo excesivo de alcohol entre los pueblos indígenas son limitados. Sin embargo son suficientes para mostrarnos la gravedad del problema. En Perú, un estudio realizado en el año 2000 en varias comunidades del pueblo Aymara del altiplano de Puno y del pueblo Shipibo de la amazonía, reportó que el consumo de alcohol era predominante entre la población masculina. En todas las comunidades estudiadas el consumo del alcohol estuvo asociado a conductas agresivas en contra de la esposa, hijos y parientes cercanos. En las comunidades Shipibo ninguna de las encuestas reportó casos de consumo de alcohol entre las mujeres, mientras que en las comunidades Aymaras el consumo estuvo vinculado con la capacidad adquisitiva

Las enfermedades provocadas por la falta total de agua, escasez de la misma o las malas condiciones en las que se la consume, y aquellas asociadas a la falta de saneamiento básico, figuran entre las principales causas de morbilidad y mortalidad, principalmente infantil. 

La paradoja es que junto a los traumas y problemas, estos pueblos se han ideado mecanismos de sobrevivencia y una fuerza que solamente es posible explicársela por la dureza de la situación y por la voluntad inquebrantable de persistencia nacida de la misma adversidad. La superación de las fronteras políticas actuales que muchas veces ocultan la vivencia ancestral de los pueblos, son solamente algunas de las estrategias empleadas para durar en el tiempo. De hecho, un mapa supranacional de las Américas nos mostraría la presencia viva de pueblos indígenas multinacionales como los Maya de México, Guatemala y Belice, los Quechua de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina; los Guaraníes de Bolivia, Paraguay, Argentina y Brasil. Todo esto nos lleva a afirmar que las fronteras actuales son relativas, y la cooperación entre los países es fundamental en el abordaje de la salud de estos pueblos. 

Extraído de: Alcohol y Salud de los pueblos indígenas - OPS

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Proyecto Camisea


 
Las actividades de los Lotes 88 y 56 se realizan en un área de ocupación tradicional de comunidades indígenas pertenecientes al pueblo matsigenka, uno de los más importantes de la familia lingüística Arawak, En la zona del Bajo Urubamba, son nueve las comunidades matsigenkas sobre cuyos territorios se superponen ambos lotes, ascendiendo su población a más de 2500 personas. 

Es importante mencionar que una porción significativa del Lote 88 se superpone al área territorial de la Reserva Nahua Kugapakori Nanti, donde habita población en situación de aislamiento y contacto inicial, estimándose la presencia de aproximadamente 750 habitantes, siendo los asentamientos con mayor población Santa Rosa de Serjali (256), Montetoni (173) y Marankiato (78). Esta área se constituye en la de mayor sensibilidad desde el punto de vista social por los cambios que puedan suscitarse en las poblaciones tradicionales allí asentadas. La cuenca del Bajo Urubamba también está ocupada por otras comunidades matsigenkas, además de población yine, asháninka y la que habita en la Reserva territorial a favor de los grupos étnicos en aislamiento y contacto inicial Kugapakori, Nahua, Nanti y otros. 

La población indígena del área conserva fuertemente su identidad cultural, idioma, sistemas de organización social y política, además, posee el control de sus espacios territoriales. La legislación nacional e internacional reconoce sus derechos y regula el desarrollo de las actividades y proyectos de hidrocarburos en estas tierras. Las organizaciones o federaciones indígenas en la cuenca, constituyen formas de expresión política y son de carácter intercomunal. 

Al igual que gran parte de la población indígena de la Amazonia  los nativos del Bajo Urubamba, presentan indicadores sociales bastante deprimidos
  • Bajos niveles de educación 
  • Pobre acceso a servicios sociales básicos (principalmente agua y saneamiento) 
  • Altos niveles de desnutrición 
  • Servicios de salud restringidos 
La actividad económica central sigue siendo la agricultura de subsistencia y la agricultura comercialpequeña escala, complementada con la pesca, la caza y la recolección. Los niveles de ingreso se han visto temporalmente incrementados por el desarrollo del Proyecto Camisea, y el consecuente empleo de un significativo número de trabajadores indígenas. Como resultado del Proyecto, se han producido cambios significativos en el panorama social, cultural y económico de la región, los mismos que han sido descritos e identificados en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) correspondiente al Lote 88. Es aquí, justamente, donde la Gestión Social del Proyecto, a través de su Plan de Relaciones Comunitarias, sirve como instrumento para prevenir, mitigar y compensar dichos impactos. La creación del Comité de Gestión de Desarrollo del Bajo Urubamba constituye un nuevo espacio que puede posibilitar la articulación de esfuerzos institucionales para la formulación de iniciativas y propuestas de desarrollo de la región. 

Sabías que ...

En el universo cultural nanti no jugarían un papel central los espíritus o seres sobrenaturales a
quienes en otras culturas se atribuye cierta agencia con relación al estado de bienestar de las personas??

Este es un aspecto que los distingue de varias culturas, entre ellas, de sus vecinos los Matsigenka.

Es decir la pérdida de la salud no sería atribuida ni a actos de brujería ni a daños ocasionados por los dueños de plantas o animales, etiología común en las culturas amazónicas rurales y urbanas.

Esto es importante pues para un acercamiento intercultural a las nociones de salud y enfermedad
entre los Nanti requiere evidentemente un conocimiento más profundo de su cosmovisión y una mejor comprensión acerca de la manera en que se definen las relaciones entre los seres humanos y
los seres de la naturaleza.

Conocer a los Nanti nos permitirá ayudarnos a ayudarlos !!


Si deseas conocer más de esta realidad, sigue el link del ASIS NANTI 2003 posteado en nuestro blog 
 Sabías que ...

La población Nanti podría verse enormemente afectada por la pandemia de influenza ??

Se recomienda incrementar las coberturas de vacunación contra influenza en la región, implementando puestos de vacunación en Ivochote y Sepahua y en otros lugares donde exista una alta circulación y concentración migrantes.

Ayudar a los Nanti permitirá contar con una población saludable que aporte una gran  riqueza cultural a nuestro País. 

Si deseas conocer más de esta realidad, sigue el link del ASIS NANTI 2003 posteado en nuestro blog



 Sabías que ...

“Kugapakori” significa "asesino" ??

Este término no debería emplearse junto a la palabra Nanti, sobre todo en informaciones oficiales para referirnos a los pobladores Nanti.

Promover el respeto hacia las otras culturas y formas de vida dentro del sector salud en base del desarrollo de un enfoque intercultural de salud. Recuerdalo !!


Si deseas conocer más de esta realidad, sigue el link del ASIS NANTI 2003 posteado en nuestro blog
Sabías que ....

La población de Nanti se encuentra en alto riesgo debido a su vulnerabilidad ante enfermedades
infecciosas y virales para las cuales no tienen defensas inmunológicas ?

Varios autores refieren que poblaciones entre 600 y 200 personas corren un altísimo riesgo de no poder garantizar su reproducción como grupo social frente a una epidemia pudiendo llegar a extinguirse.

Diversos estudios han buscado determinar las causas de la vulnerabilidad de las poblaciones en aislamiento ante el contagio de ciertas enfermedades.

En el caso de la amazonía, algunos estudios han contribuido a identificar las enfermedades que
posiblemente tengan un origen exógeno. Entre ellas figuran de manera prominente el sarampión, la viruela, influenza A y B, parainfluenza 2 y 3 y el rotavirus19.


Si deseas conocer más de esta realidad, sigue el link del ASIS NANTI 2003 posteado en nuestro blog

martes, 20 de noviembre de 2012

Proyectos

Es necesario difundir este blog para crear un poco de conciencia a las autoridades municipales y sobretodo a las nacionales pues hacer proyectos y proyectos sin tomar en cuenta el daño que le pueden estar causando directa e indirectamente a las poblaciones indígenas que están localizadas a lo largo de la amazonía peruana.
Si bien hay leyes que los amparan deben de hacerse respetar y así evitar el impacto ambiental que podrían causar estos proyectos. Es necesario proteger lo nuestro para poder sobresalir como pais
http://www.cepes.org.pe/notiagro/sites/default/files/D-EC-23092012%20-%20El%20Comercio%20-%20Pa%C3%ADs%20-%20pag%2016.pdf

martes, 13 de noviembre de 2012


Pueblos Aislados y en Contacto Inicial

LUNES, 27 de Agosto de 2012
La Comisión Multisectorial informó a la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) la aprobación de los informes para el reconocimiento de los pueblos indígenas en situación de aislamiento y contacto inicial que habitan en las cinco Reservas Territoriales reconocidas por el Estado peruano.
En la última sesión ordinaria de la Comisión Multisectorial para la Protección de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial – creada por Ley Nº 28736- se aprobó por mayoría los informes para el reconocimiento de las reservas territoriales Mashco Piro (Ucayali), Kugapakori, Nahua, Nanti y otros (Cusco y Ucayali), Isconahua (Ucayali), Madre de Dios (Madre de Dios) y Murunahua (Ucayali); documentación que será remitida de acuerdo a ley para la firma de la Presidencia del Consejo de Ministros y su posterior promulgación a través de un decreto supremo.
Foto: AIDESEP



Sobre los Nanti

"Hasta el final de la década de los ochenta, los nanti vivían en comunidades aisladas del Alto Timpía, ocultos en lo profundo de la selva. Vivían en pequeños grupos familiares de entre veinte y cincuenta personas. El grupo familiar vivía en una casa grande circular, con un fogón separado para cada una de las mujeres adultas.A menudo se arreglaban matrimonios entre los 
grupos.

Los nanti utilizaban piedras partidas sin mango para limpiar la tierra para las pequeñas chacras de yuca y plátanos que eran la base de la alimentación. Consumían, además, una variedad de frutas silvestres. Los hombres son cazadores expertos.

Como antes no conocían el algodón, algunas de las mujeres, sobre todo las ancianas, todavía usan faldas tejidas con hilo de fibra de corteza. También usan manojos de fibra de corteza en bandolera sobre el hombro y el pecho. Algunas de las mujeres han aprendido a tejer cushmas como las de los machiguenga. Tanto hombres como mujeres, todavía usan adornos de semillas y dientes de mono. Las mujeres se 
ponen discos hechos de escamas de pescado en la nariz.  Salvo por los adornos, los hombres en el momento del contacto estaban completamente desnudos. Ahora se visten para protegerse de los insectos y del frío.

A diferencia de la mayoría de los grupos de la Amazonia, los nanti saben poco sobre medicina natural y no tienen cuentos tradicionales. El contacto entre foráneos y algunos nanti a mediados de la década de los 
setenta tuvo un efecto profundo en la gente. Les hicieron conocer herramientas de metal. Un hombre nanti adquirió un machete y un cuchillo, herramientas cuyo uso compartía con varios grupos familiares. Después de muchos años de uso constante, las herramientas se gastaron. El deseo de obtener más herramientas de metal hizo que varios grupos nanti se trasladaran al río Camisea, y que siguieran yendo río abajo hasta que establecieron contacto con los machiguenga a fines de la década de los ochenta. En 1992 un maestro machiguenga creó una comunidad con el nombre de Montetoni donde se establecieron varios grupos de familias nanti. 

Vivir en una comunidad grande con varios grupos familiares fue un cambio radical para los nanti, pero se han 
adaptado bien.  Varios aspectos de su vida han cambiado en la década pasada. Por ejemplo, no solamente cazan y pescan, sino que tienen chacras grandes que producen abundantes alimentos. 
Al establecer contacto con foráneos, los nanti empezaron a pagar el costo del cambio de estilo de vida sufriendo de enfermedades antes desconocidas y de abusos por parte de personas que trataban de explotarlos. Un esfuerzo iniciado hace pocos años para ayudar a los nanti a ser menos vulnerables a la 
dominación y la explotación está dando frutos.  Los nanti están aprendiendo los conocimientos prácticos y necesarios para integrarse al mundo moderno,  aún distante para ellos, pero que inexorablemente se acerca a ellos.

Con el asesoramiento y la ayuda de lingüistasdel ILV, una pareja machiguenga sigue aprediendo el idioma nanti. Se han producido y publicado algunos materiales de lectura en el idioma nanti y también pasajes seleccionados de las Sagradas Escrituras. Dos jóvenes nanti han recibido capacitación en lectura 
y escritura, y han empezado a enseñar esos conocimientos prácticos a sus paisanos. La enseñanza de estos valores y conocimientos prácticos será de mucha utilidad para los nanti en el futuro desafiante que les espera."

http://www.sil.org/americas/peru/spa-pop/cox.pdf
INVASIÓN A TIERRAS INDÍGENAS
Extracto de http://www.connuestroperu.com
JUEVES, 08 DE NOVIEMBRE DE 2012 21:17
Campaña informativa para los turistas de Machu Picchu sobre indígenas aislados
Survival International ha lanzado una campaña de distribución de folletos entre los turistas que llegan a Machu Picchu, estos destacan la difícil situación que atraviesan los indígenas aislados a solo 100 km del “Valle Sagrado” del río Urubamba, el mismo valle donde se encuentra Machu Picchu.
Los indígenas, entre los que se encuentran miembros de las tribus nanti y mashco-piro, habitan a tan solo 100 kilómetros de Machu Picchu. A pesar de vivir en la reserva protegida de Kugapakori-Nahua-Nanti, el Gobierno tiene previsto abrir su tierra a la exploración de hidrocarburos. El proyecto de empresas gasísticas extranjeras, entre ellas la española Repsol, Pluspetrol y Hunt Oil, ha recibido autorización para expandirse aún más por la zona, a pesar de los riesgos que esto supone para las comunidades indígenas.
La organización de indígenas amazónicos AIDESEP, junto con las organizaciones indígenas locales FENAMAD, ORAU y COMARU, emitió recientemente un comunicado en el que decía que los indígenas aislados de la región serían exterminados si el proyecto sigue adelante. La Reserva Nahua-Nanti actúa como zona de amortiguamiento alrededor de otra importantísima atracción turística, el Parque Nacional del Manú.
Stephen Corry, director de Survival, ha declarado hoy: “Perú presume de Machu Picchu, su extraordinaria ciudad andina, ante los turistas internacionales, y con razón. Esos mismos turistas pueden ver con sus propios ojos la pobreza de los indígenas quechuas que descienden de aquellos que construyeron esa obra maestra, y pueden leer sobre el salvaje trato que los españoles dieron a los indígenas cuyas tierras invadieron y usurparon. No cabe duda de que también deberían saber que la historia se repite, con la invasión y la usurpación, esta vez tramadas en Lima, de los indígenas nantis y mashco-piros no contactados”

Poblaciones en contacto inicial o en aislamiento



El río Serjali ha sido ocupado tradicionalmente por la población Nahua, mientras que los ríos Alto Camisea y Alto Timpía son ocupados por la población Kugapakori. Para los fines del presente documento se dará un mayor énfasis al caso de la población Nanti.



En el caso de los Nantis, ubicados en los ríos Alto Camisea y Alto Timpía, un sector de esta población ha iniciado también, desde comienzos de los años noventa, un proceso de sedentarización que ha formado a la fecha dos poblados, a orillas del río alto Camisea, conocidos como Marankeato y Montetoni. Además de un asentamiento Nanti en el río Alto Timpía, formado bajo el auspicio de los misioneros dominicos de la comunidad de Timpía. Entonces, ambos grupos étnicos muestran un sector poblacional que ha iniciado un proceso básico de integración y tránsito de un patrón de ocupación del espacio de tipo semi-nómade a uno de carácter sedentario. Asimismo, ambos grupos étnicos cuentan con un sector poblacional que ha preservado una forma de vida mucho más tradicional, marcada por su franco nomadismo, siendo esta población a la cual se le podría asignar la categoría de aislado

Los Nanti del Alto Camisea

El poblado de Marankeato está ubicado entre en las coordenadas 18 785 300 E; 87 800 N UTM, en la margen izquierda del río Camisea. Originalmente ambas comunidades formaron parte del mismo pueblo: Montetoni, pero debido a la destrucción de la escuela por un deslizamiento de tierra, parte de la población se trasladó a una nueva ubicación, formando así el pueblo de Marankeato, que cuenta con una población estable de 90 habitantes con 18 familias. El poblado de Montetoni nace en 1992 y es el primer asentamiento de tipo estable que se conoce de esta población, la cual habría migrado del alto Timpía. Montetoni está ubicado en las coordenadas 18 788 500 E, 86 83 050 N UTM. Originalmente situado en la margen derecha del Alto río Camisea, hace poco se mudó a la margen izquierda por problemas de erosión. Actualmente cuenta con una población de 220 habitantes con aproximadamente 25 familias.

Son poblaciones cazadoras y recolectoras, de manera complementaria practica la agricultura. La cacería es practicada en forma individual, a baja escala y en los alrededores de sus asentamientos, también realizan una cacería en forma conjunta. La pesca es una actividad practicada de manera constante en el río Camisea y ciertos afluentes del mismo. La pesca se realiza con flecha, anzuelo y con unas pocas tarrafas. La pesca se hace en forma individual y conjunta. Ambos asentamientos se encuentran muy aislados de los servicios públicos existentes en la zona del Bajo Urubamba. Personal de Salud, asentado en la comunidad de Camisea, visita de manera muy ocasional ambos asentamientos. Ninguno de los dos asentamientos cuenta actualmente con una escuela, aunque años atrás Marankeato tuvo una escuela primaria bilingüe, pero por una mala experiencia con el profesor fue clausurada.

Los grupos indígenas Yora y Nanti que viven en aislamiento pueden comportarse de manera agresiva cuando se confrontan con extraños, sean otros indígenas o foráneos, blancos o mestizos. Esta conducta se relaciona con el temor que tienen de contagiarse de las enfermedades occidentales para las que no tienen los suficientes anticuerpos, además de su interés de proteger sus recursos naturales, especialmente los animales del bosque, así como a sus propias familias. Debido al relativo aislamiento geográfico en el que viven los Nanti y los Yora, todavía carecen de los anticuerpos necesarios contra enfermedades occidentales como gripe, tos ferina, viruela y sarampión. Esto significa que un resfrío común puede convertirse en neumonía y ser fatal. La mayoría de los Nanti y Yora tienen un patrón de asentamiento disperso y una forma de vida itinerante, semi-nómade, que se intensifica durante la estación seca, entre julio y setiembre. Semejante estilo de vida podría acercarlos a los emplazamientos de las plataformas, así como aumentar los posibilidades de contactos durante la campaña de sísmica 3D.

Extraído de: Pluspetrol. Plan de Contingencia Antropológica. Lote 88. Camisea. Enero, 2012

lunes, 12 de noviembre de 2012

Ubicación de Nanti


Nanti



El término “Nanti” es una expresión que significa literalmente “yo soy” y que si bien no tiene en su origen un sentido como etnónimo o etiqueta étnica tiene la virtud de ser un término aceptable y de enfatizar la condición de los Nanti como pueblo cultural y políticamente autónomo con referencia a otros pueblos indígenas, en particular los Matsigenka. Los Matsigenka, quienes son sus vecinos geográfica y culturalmente más cercanos, tienen respecto de los Nanti una perspectiva subordinadora en tanto gente pretendidamente “menos civilizada”. Se trata de un tipo de relación política y económica desarrollada históricamente por los Matsigenka “ribereños” con los habitantes indígenas de las cabeceras (Camino, 1977). En este caso, este modelo de relación es el que mantienen particularmente los Matsigenka de Segakiato (medio Camisea), tal vez por haber sido gente de esa comunidad quien los contactó inicialmente y por habitar en una zona que hizo parte de su corredor tradicional de uso de recursos.

IDIOMA


Los indígenas denominados Nanti hablan un idioma del subgrupo kampa de la familia lingüística arahuac, que abarca también los idiomas asháninka, ashéninka, kakinte, matsigenka y nomatsigenka. Hasta ahora hay poco acuerdo entre los lingüistas acerca de cómo agrupar y clasificar estas variedades en cuanto a sus divisiones en idiomas distintos o en agrupaciones de dialectos (cf. Aikhenvald 1999, Campbell 1997, Kaufman 1994, Payne 1978, Solís 2003). De hecho, se ha planteado la hipótesis de los idiomas del subgrupo kampa componen un conjunto de idiomas en emergencia (Kaufman 1994, Solís 2003); es decir, un set de idiomas que están en curso de un proceso rápido de diferenciación lingüística. Tal proceso ha resultado en un conjunto de idiomas que se encuentran actualmente en una posición ambigua, entre idiomas distintos y dialectos de un sólo idioma. De ahí la discusión de si el nanti y el matsigenka son idiomas distintos.
De todos los idiomas kampa, el nanti es más estrechamente relacionado con el idioma matsigenka, y sobre todo, con el dialecto de matsigenka hablado por los residentes originarios de la cuenca del río Manu. Sin embargo, las diferencias entre los dos idiomas son suficientemente grandes como para que se presenten dificultades importantes en la comunicación entre los hablantes del idioma nanti y los del idioma matsigenka. El idioma nanti muestra muchas innovaciones en la fonología, la morfología, y la sintaxis que no se hallan en los otros idiomas de la familia kampa, y que provocan dificultades en la comunicación con los Matsigenka (Michael 2001). Se observa que cuando gente Nanti y Matsigenka intentan comunicarse acerca de temas sencillos, haciendo el intento de hablar lentamente, y con oraciones cortas, hay un alto nivel de intercompresión. Sin embargo, cuando se incrementa la complejidad de los temas y la rapidez en el hablar, el nivel de intercomprensión disminuye al punto en que los malentendidos pueden ser notables y la intercomprensión casi nula
66. En términos generales se puede equivaler el niveL de intercomprensión entre hablantes de nanti y matsigenka como el que existe entre hablantes de castellano y portugués.Unos pocos jóvenes nanti han aprendido algo de castellano pero en general tienen dificultad para expresarse en este idioma y una comprensión e limitada de éste.  

Historia, migraciones y población III


Hoy en día la población Nanti del  alto Camisea asciende a poco menos de 300 habitantes. La mayor parte de la población reside en el actual asentamiento de Montetoni, ubicado aguas abajo y a la orilla opuesta de su ubicación original (actualmente 178 habitantes en 16 familias). La comunidad de Malanksiari, ubicada frente a la confluencia de la quebrada Malanksiari y el Camisea, cuenta con 91 residentes en 13 familias. Por último, unos pocos individuos (5) de Montetoni y Malanksiari se han mudado recientemente a la boca de la quebrada Kuría, donde hasta hace pocos años la población predominante era Matsigenka. Un nuevo asentamiento con población de Marientari se ha ido formando en Piriasanteri desde el año 2001, unas horas de camino arriba de Montetoni (Cabeceras Aid Project, 2002: sección 3; comunicación personal, Michael, agosto 2003). Un segundo asentamiento reciente con población del Timpía denominado Shinksebe se formó en el año 2002 (comunicación personal, L. Michael, agosto 2003). Estos últimos asentamientos se encuentran dentro de la Reserva Territorial del Estado a favor de los Kugapakori y Nahua y fuera del Lote 88. Se desconoce el número de habitantes que estos asentamientos reunen. Se trata de población en aislamiento voluntario. Algunos individuos Nanti habitan en los asentamientos matsigenka de Yopokoriari e Inaroato (ubicados dentro de la reserva), otros varios se han establecido temporalmente en Segakiato, mientras dos jóvenes Nanti se encuentran estudiando en la comunidad matsigenka de Nuevo Mundo (Urubamba). Con relación a los Nanti del Timpía, las estimaciones de población oscilan entre 130 y 300 habitantes, distribuidos en varios asentamientos. Parece que la mayor parte de la población Nanti del Timpía se encuentra aún en la zona de Marientari, aparentemente residiendo en más de un asentamiento. Marientari parece ofrecer los mejores suelos agrícolas hasta pasar el cañón que da paso al bajo Timpía. Se conoce de otros asentamientos nanti aguas arriba en el Timpía, uno de ellos en el afluente izquierdo del Timpía, Inkonene, posiblemente alguno en el río Tigompinía (Beier y Michael, 1998) y uno en Pariantimashiari (Cabeceras Aid Project, 2002: sección 3). Kimaroani, asentamiento que se encuentra unos 4-5 días abajo del mecionado cañón del medio
Timpía es referido por los dominicos como asentamiento “de los nantis-kogapakoris”.
Este se habría formado en base a población que los dominicos se llevaron del puesto de Chingateni y cuenta con una escuela. Hasta este asentamiento llegan los Matsigenka de Timpía con frecuencia para cazar y pescar (Echeverría, 2003: 4; Espinoza y Huertas: 2003: 15). Al igual que los asentamientos nanti del alto Camisea, los del Timpía se encuentran dentro de la Reserva y fuera del Lote petrolero 88. Pero mientras que la población nanti del Camisea está conformada por familias que en algún momento, entre mediados de la década de 1980 y el presente, consideraron conveniente o necesario abrirse a la posibilidad de establecer relación con el mundo exterior, procurando mantener su autonomía, de lo que se sabe, los habitantes de estos asentamientos desean mantener su autonomía y aislamiento. Sin embargo, en los últimos años los misioneros dominicos de Timpía, apoyados por la Transportadora de Gas del Perú (TGP), han hecho incursiones al alto Timpía visitando los asentamientos de Marientari y de Inkoneni. Ello pese a los antecedentes de su anterior experiencia (Echeverría, 2003). No se conoce los efectos de que esta nueva visita pueda haber tenido en la salud de esas poblaciones. Otra fuente indica que algunas de estas excursiones anuales organizadas por los dominicos han resultado en visitas de Nanti del alto Timpía a Kimaroari (Espinoza y Huertas, 2003: 16), fenómeno que presenta gran riesgo para la salud de los Nanti del alto Timpía, quienes “tienen temor a ser contagiados de enfermedades” (ibid.: 21). Los Nanti del alto Timpía conservan la elaboración de ollas de barro y herramientas de hueso y bambú, además del consumo de ayahuasca. A través de los contactos con la sociedad nacional iniciados por los Dominicos de la Misión de Timpía los Nanti de las presentes generaciones conocieron las herramientas de metal. Es probable que hubieran tenido acceso a ellas en el pasado antes de su aislamiento de las redes de intercambio. Como ya se señaló, en las décadas de 1970 y 1980 los instrumentos de metal parecen haber tenido un papel importante en ciertos cambios en las dinámicas sociales entre los asentamientos nanti del Timpía y en la motivación de traslado hacia el Camisea (Beier y Michael, 1998, sección 4.3). Por ejemplo en estos años el deseo de muchas familias de usar las muy pocas herramientas de metal disponibles hizo que se intensificaran las relaciones entre los asentamientos y en el Alto Camisea que se juntaran varios grupos. Desde entonces los Nanti han estado recibiendo una variedad de bienes manufacturados de diferentes fuentes. En la actualidad, la mayor parte de estos bienes no
provienen de relaciones comerciales, aunque en Malanksiari algunas familias siembran porotos que intercambian con comuneros de Cashiriari. Desde el principio de las relaciones con los Matsigenka han existido ocasiones en que los Nanti han aportado mano de obra a cambio de herramientas, en términos muy desventajosos. Porque las herramientas de metal y otros bienes manufacturados son tremendamente atractivos para los Nanti y porque no tienen formas establecidas de conseguirlos, estas relaciones de “intercambio” han sido y pueden ser fácilmente aprovechadas por personas foráneas, como madereros que quieren sacar provecho de la mano de obra “barata” de los Nanti.

Historia, migraciones y población II


A partir de la década de 1950 el valle del Urubamba sufría profundas transformaciones con el establecimiento de centros misionales católicos y evangélicos y de las primeras escuelas. Hacia éstas empezaron a bajar desde las cabeceras de los afluentes a ambos lados del Urubamba –de manera voluntaria o forzosa- las familias matsigenka. Con ello quedaron despejadas algunas zonas de cabecera anteriormente ocupadas principalmente por Matsigenka dando lugar a un reacomodo demográfico. Este mismo proceso ocurrió en los afluentes derechos del Urubamba, ríos Camisea (con centros evangélicos) y Timpía (con centros católicos). A fines de la década de 1960, desde la misión de Timpía, en la confluencia de este río con el Urubamba, los misioneros dominicos consideraron oportuno establecer un puesto en el medio Timpía donde habitaba la población nanti. Para establecer este puesto misional los misioneros dominicos trasladaron río abajo a niños y mujeres nanti, de manera forzosa, desde asentamientos nanti en el río Chingateni. A juzgar por los relatos de pobladores del actual asentamiento de Montetoni, recogidos por Beier y Michael (1998) las interacciones que los Nanti tuvieron con los padres Dominicos y sus ayudantes Matsigenka coincidieron con una época en que, a lo largo de aproximadamete 10 años, todos los asentamientos de la zona del alto Timpía sufrieron de brotes múltiples de enfermedades respiratorias y de diarrea que resultaron en la muerte de muchos de sus familiares. Según los Nanti que experimentaron estos brotes, las enfermedades llegaron repentinamente y pasaron de un asentamiento al siguiente, de los asentamientos río abajo hacia los de arriba. En poco tiempo estos brotes ocasionaron miedo intenso por la cantidad de muertes a que dieron lugar. Cuando aparecían los síntomas de estas nuevas enfermedades los habitantes de los asentamientos adoptaban la estrategia de huir al monte en grupos pequeños para tratar de evitar el contagio y esperar a que pasara la enfermedad. Según los sobrevivientes de estos brotes, esta era la única respuesta eficaz a estas epidemias. Es difícil calcular el número o porcentaje de muertes en esta época, pero el impacto de epidemias en esta época ha dejado sus huellas en la actual estructura poblacional nanti. A decir de quienes eran adultos durante estas epidemias, hubo entonces una gran cantidad de muertes en cada asentamiento: Dicen también que esta época resultó en una transición entre un pasado en que habían relativamente muchos Nanti, y un presente, en que su población es mucho más reducida. Intentando un cálculo aproximativo a partir de estas observaciones impresionistas se podría decir que las muertes ascendieron a entre de 30% a 60% de la población. Para aislarse de los misioneros, los Nanti se marcharon y poco después los dominicos cerraron el puesto y trasladaron al resto de la población hacia abajo a la localidad que se conoce como Gavilán (Iwakichá, en idioma nanti y Pakitsaari en idioma matsikenka).
Mientras estuvieron en el puesto de los dominicos, los Nanti tuvieron acceso a herramientas, las que circularon luego por los diversos asentamientos del alto Timpía (Beier y Michael, 1998; Espinoza y Huertas, 2003). El agotamiento de este primer stock del que las familias se habían hecho dependientes habría coincidido con el momento en que algunas familias nanti se encaminaron al Camisea en 1985, aprovechando una ruta que habían explorado anteriormente. El móvil de este desplazamiento habría sido el buscar refugio ante el temor de ser atacados. El otro factor que habría influenciado el traslado del Timpía al Camisea habrían sido las noticias de presiones de otros grupos nanti desde las cabeceras del Timpía. Ya en el alto Camisea, las agrupaciones nanti fueron desplazando progresivamente sus asentamientos río abajo donde pudieron establecerse sin dificultad gracias al hecho de que los Matsigenka, antiguos habitantes de esa región, ya no ocupaban permanentemente esas tierras como resultado de un enfrentamiento anterior con pueblos panohablantes (comunicación personal, L. Michael, junio 2003). Poco después, en 1987 los Nanti trabaron allí relaciones amistosas con el maestro matsigenka que había sido el artífice del traslado de Tayakome (en el Parque del Manu) a Segakiato en 1970, quien les dio acceso a nuevas herramientas. Entre 1985 y 1991 los grupos migrantes mantuvieron un patrón de residencia disperso y móvil, pero para 1991-2 la mayor parte de las agrupaciones nanti del Camisea se habían reunido en el asentamiento de Montetoni (Beier y Michael, 1998). El patrón de asentamiento en el alto Camisea fue inicialmente muy inestable, con
cambios frecuentes de localidad y la población dispersa en varios pequeños asentamientos. Ya en Montetoni, otro profesor matsigenka procedente de la comunidad de Chokoriari en el bajo Urubamba –Silverio Araña- indujo y forzó una serie de cambios en los patrones de asentamiento, matrimonio, vivienda y alimentación y sometió a los Nanti a una situación de dominación cultural, económica y política que duró más de un lustro. Tras una creciente que inundó algunas chacras (1996) el profesor Araña alentó el establecimiento de un nuevo asentamiento nucleado río abajo, Malanksiari, para tener facilidades para comerciar algunos productos. Con él se trasladaron algunas pocas familias y la escuela en medio de una situación conflictiva. El profesor fue luego expulsado de este asentamiento acusado de violar a varias mujeres y niñas. Dos años más tarde esta escuela también cerró sus puertas aunque se conserva su creación administrativa.

Historia, migraciones y población


El área de asentamiento de los Nanti corresponde a la región de interfluvio o cabeceras de ríos que ha servido de refugio para diversos pueblos indígenas después del auge de la explotación de las gomas. Según Beier y Michael (1998: 9-10), los Nanti del alto Camisea provienen de la cuenca alta del río Timpía, donde se encuentran aún varios grupos locales Nanti que evitan todo tipo de relacionamiento con foráneos. Los asentamientos nanti en el río Camisea tienen su origen en un progresivo desplazamiento por parte de varios grupos locales primero desde las propias cabeceras del Timpía hacia algunos de sus afluentes como el Igonene, Marientari, Chingateni a partir de la década de 1950, y luego, desde mediados de la década de 1980, hacia el río Camisea. Diversas fueron las fuerzas que indujeron los desplazamientos de los Nanti desde sus zonas de refugio post-caucho. La principal de ellas se relaciona con transformaciones ocurridas en las áreas aledañas, tanto al este y sureste como al oeste, en el curso del río Urubamba, las cuales modificaron el mapa demográfico de la región y tuvieron un impacto directo sobre esta población. Al parecer, en la década de 1950 los reacomodos de población en la cuenca del Timpía fueron provocados inicialmente por un ataque contra los habitantes de Inkonene desde el río Sotileja (Beier y Michael, 1998). Hasta entonces las relaciones entre los diversos núcleos de asentamiento en la cuenca del Timpía no eran intensas pero no se caracterizaban por ser hostiles. Este ataque habría sido motivado por la creencia de que el núcleo nanti de Inkonene disponía de herramientas (comunicación personal Michael, 2003). Los 4 o 5 sobrevivientes de aquel ataque se refugiaron en un asentamiento río abajo en el río Timpía después de esconderse brevemente en un varadero hacia el Camisea, el que años más tarde varios grupos utilizaron para migrar hacia esa cuenca. Es probable que este ataque fuera resultado de las expediciones para establecer contacto, que diversos agentes practicaron con poblaciones de los afluentes izquierdos del río Madre de Dios en las décadas de 1940 y 1950 en las que intervinieron sistemáticamente, misioneros, militares, funcionarios estatales, colonos de la región e investigadores extranjeros. En ese marco, se desataron algunas epidemias (gripe y sarampión) y varios grupos locales, de pueblos distintos que los Nanti, accedieron a establecer relaciones pacíficas con los misioneros y tuvieron a través de ello acceso a herramientas, mientras otros se desplazaron hacia las cabaceras para evitar el contacto. Aunque los nanti no estuvieron involucrados en estas acciones las mismas tuvieron efecto sobre el territorio en el alto Timpía. El efecto inmediato fue que se creó un trecho del río Timpía no habitado por nadie durante al menos 10 años, el cual separaba cabeceras propiamente de los asentamientos del alto Timpía.